No comprendo en realidad de qué va la reforma educativa, mucho menos la llamada reforma energética. Me precio de ser una persona medianamente informada, de estar al día y preocuparme por lo que ocurre en mi país.
Sin embargo, el ritmo de las cosas a veces parece superarme, al punto de admitir que no entiendo qué es lo que ocurre con los maestros de la CNTE, qué es lo que buscan con las manifestaciones y marchas que han enloquecido la ya caótica dinámica de la ciudad capital. En medios nacionales ha habido un linchamiento hacia las manifestaciones de la coordinadora, resaltando la ocupación de las calles y supuesto vandalismo de los maestros que han ocupado plazas, calles y edificios. Sin embargo, no he escuchado o leído aun algo que me aclare cuales son las demandas de los maestros. Recordemos que la CNTE congrega a los maestros de la llamada disidencia; aquellos que han trabajado en las zonas más marginales y pobres del país, maestros rurales y de comunidades indígenas. Alguien conoce al detalle las condiciones materiales en los que estos maestros tienen que trabajar.
En el caso de la reforma energética, no soy un experto en materia petrolera (algo realmente inaceptable viviendo en una ciudad como Reynosa, de ser honesto), no conozco lo que busca la llamada reforma, no comprendo la postura de las personas que se oponen a ella. No comprendo la insistencia de unos y otros de cubrirse bajo la efigie del Gral. Lazaro Cárdenas. Sin embargo, desde mi perspectiva solo algo muy turbio y muy obscuro se puede ocultar tras una aplastante campaña mediática del gobierno para posicionar como algo “bueno”, algo que es impopular de entrada. PEMEX ha estado abierto al sector privado desde hace algunos años a través de la sub-contratación de servicios entonces, qué es lo que se pretende con ella, no sé siquiera si menciona el saneamiento del sindicato petrolero, o la reestructuración de los altos mandos que cuestan mucho, mucho a la empresa. En verdad que alguien seriamente me explique.
Para mí, lo único que está claro es que la opacidad, el ocultamiento de información, y el cumplimiento de compromisos con sus mecenas han sido la marca de los meses que lleva Peña en el poder, y que nada, nada realmente justo podemos esperar de este gobierno. Ojalá los señores que se dicen nuestros representantes apelen a su dignidad y frenen cualquier “reforma” que no nos beneficie a los mexicanos (aunque pareciera que peco de ingenuo con lo último que digo)