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No todo en la calle son tacos.

No todo en la vida son restaurantes, pero tampoco todo en la calle son tacos. Durante muchos años me he dedicado a explorar la Ciudad de México. A vagar, pues. Y, obviamente, tengo que comer.

Un amigo me había contado de unos burritos «bien ricos» que estaban en la Zona Rosa, yo dije, “pues para luego es tarde”, y nos encaminamos a la calle de Hamburgo. Ahí, donde está esa casona hermosa que ahora convertirán en restaurante o algo así. Casi en la esquina de Insurgentes, estaba el puesto. Típico. De Metal, con banquitos para los comensales. Había muchísima gente, y es que fuimos a la hora de comida de los oficinistas, y todos esperaban pacientes o leyendo el menú para pedir.

Cuando nos pasaron un menú (sencillo fotocopiado, pero enmicado), me divertí con los nombres, eso me hizo decidir por un Pollito Tropical (pollo, champiñones, piña, catsup, etc.). El señor preparando los famosos burritos, bailaba al ritmo de la música en sus audífonos, con mucha alegría; por su parte, el señor que recibía las órdenes y las cobraba, tenía toda la finta de Godínez.

Cuando llegó la hora de escoger la salsa, nos mostraron una lista con todas las opciones ordenadas por qué tanto picaban. No me quise arriesgar y pedí la que menos picaba. No andaba en condiciones de enchilarme.

Estuvo riquísimo. Con un burrito yo estaba más que satisfecha, y es que no es la tortillita de harina comercial, son unas tortillas de harina enormes y, con todo lo que le ponen, uno queda bien comido.

Meses después, mi novio y yo fuimos a buscar los burritos, pues se nos habían antojado. Casi nos ponemos a llorar al ver que el puesto ya no estaba. Unas semanas después, en el antiguo lugar de los burritos, había un letrero: “Burritos. Nos movimos a la calle de Liverpool. Entre Havre y Niza.”

Corrimos a buscar los burritos que creíamos perdidos para siempre. Y cada que podemos, vamos a comernos unos Pollito Tropical.

Si un día andan por la Zona Rosa / Metro Insurgentes, no duden en darse una vuelta a probar los que quizá sean los mejores burritos de la ciudad (esperaré a que alguien me lo refute), comerán rico, barato y contentos.

Calificación: (Por ser un puesto, no puedo ponerle más, aunque se lo merezca.) 7/10

Qué comer: Pollito tropical para los que les guste la combinación agridulce; para los amantes del queso, un suizo.

Advertencia: No se quieran hacer los valientes a la hora de escoger una salsa. Llorarán con la morita o la diabla.

Precios: Comes bien con $50. Con menos de $100, terminas más que satisfecho.

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