
«Ya lo levantaron», «Pues, es que es dinero fácil y no hay trabajo por acá», «Mira, hay otra narcomanta», «Pues es que desapareció, nadie más supo de ella después de que se subió a la camioneta», «Y es que andaba metido <con esas gentes>, que más se podría esperar»… Comentarios cada vez más comunes en nuestro país, y todos con un mismo tópico de fondo: El narcotráfico y todas sus derivaciones, y cómo estos se han adueñado de las calles, e, incluso, de poblaciones completas a lo largo del territorio mexicano.
El norte del país, de los más afectados por este problema, sin embargo, el «cáncer» está ya presente en toda la república, con la presencia de nuevos cárteles, o de células de los mismos, con cientos de enfrentamientos por las «plazas».
Los términos «sicarios«, «levantados«, «chakas«, «burrero«, etc., no eran conocidos por el ciudadano común, sin embargo, hoy son parte de la «cultura» popular. Incluso, y con pesar expreso lo siguiente, son parte de la «pseudo» cultura del Narco, aquella que se hace de más adeptos día a día.
El Narco como «cultura»
Hay aquellos que, sin dedicarse a ello, buscan, por lo menos, lucir como uno (Buchones). La moda es muy marcada en ese «sector», así como las maneras, costumbres y usanzas. Esto, en definitiva, es algo que nunca entenderé. A mí me molesta ver este tipo de expresiones, a decir verdad. Es absurdo.
Michoacán.
La cosa se puso «interesante» por la noche. Salí del hotel para reunirme con mis primos, a echar unos tragos. Me dice el personal del hotel «Señorita, no debería de salir de noche, se ve que no es de aquí. Y hay gente muy mala allá afuera»… Acto seguido, le comento a mi familia sobre lo ocurrido, y ellos me empiezan a explicar el porqué de tales aseveraciones. Yo tenía una vaga idea de la situación por lo publicado en diarios en internet, por lo visto en las barras de noticias en televisión. Nada se equipara a lo que me platicaron.
Entre ensabanados, ajustes de cuentas, matanzas donde se abrió fuego a «civiles» por qué a alguien se le ocurrió echarle un piropo a la novia del fulano, levantones a federales, venta de drogas y armas, casas de seguridad, una casa abandonada con barandales de oro, toques de queda, así es como viven su día a día en Michoacán, y en muchas partes de la república. Ellos han visto el horror de una balacera, han presenciado la atrocidad de las ejecuciones múltiples, han visto a familiares y amigos irse por «trabajo» o por problemas con gente relacionada «al rubro».
Yo solo tengo un conocido que ha «caído» a manos de alguien vinculado con el narco. A ellos les escuchas hablar de gente cercana, muy cercana, y no solo 1 o 2… Hablamos de decenas de personas.
caminar a gusto por la calle derivado de esto. Es como si nos tuvieran bajo constante amenaza, como si nos hubieran privado de la libertad de vivir tranquilos. Es como un “vil” secuestro.
Yo la verdad me pregunto: ¿Hasta cuándo?, ¿Cuándo dejaremos de temer salir por las noches, salir a lugares que, actualmente, ellos frecuentan?, ¿Cuándo se convertirá en algo “esporádico” el tema de los asesinatos? (Soy realista, eso no se puede erradicar, sin embargo, bien podría disminuir). Pero también exhorto a que todos hagamos una reflexión, ¿Qué es lo que podemos hacer para poner nuestro “granito de arena”?
Se requiere de una estrategia, en definitiva. Una de raíz, absoluta y enfocada al bienestar de la mayoría. Se debe recuperar a México en breve. Se pide librar a nuestro país de angustia en la que se vive.
Agradezco que me lean. Saludos y hasta la próxima.