Todo niño soñó alguna vez con formar parte de una aventura, con descubrir un tesoro mítico vinculado con una gran leyenda y al final del día, tener una historia épica que contar. El día a día se vende como una monotonía conjunta, donde ser niño se limita a intentar contrariar los deberes y a básicamente ser libre. Sin embargo, hay cintas que hablan de aventuras que retan a la realidad y que hacen posible cualquier cantidad de hazañas. Los Goonies no queda exento a esto, más bien se mantiene 32 años después.
Subtramas y trama sencilla
Cuando se habla de cine de culto o de películas que marcaron una época, generalmente se toma en consideración a directores de renombre, que tenían un estilo muy característico en un producto y que en algunos casos rompieron las reglas. Los Goonies estrenó 2 años después del éxito de E.T. El Extraterrestre y fue un trabajo en conjunto donde Richard Donner lideró un proyecto ambicioso con un equipo formidable: guión de Chris Colombus (Gremlims, Harry Potter 1) y en la producción: Spielberg.
Los Goonies no propone una crítica al sistema ni una trama profunda, sino más bien una aventura alrededor de un grupo de niños y adolescentes. ¿Qué la hace memorable? Su humor y la forma en cómo retrata las situaciones.
La premisa de la cinta se sitúa en Oregon, Estados Unidos en los años 80, un grupo de niños va a perder hogares y cambiar su realidad tras las acciones de una constructora que acabará con todo a paso. La banda formada por niños juega de forma constante y trata de negar que su realidad puede llegar a ser peor.
El giro de la trama surge cuando uno de los personajes descubre el viejo mapa de «Willy el Tuerto», un pirata que dejó un misterioso tesoro que data del siglo XVII, a pesar de lo absurdo que pueda sonar la trama empieza a girar en torno a ese concepto infantil y juvenil de aventura.
Conecta generaciones
El mayor logro de la cinta es ofrecer una aventura divertida, con un humor que destaca a partir de las desventuras de sus personajes, quizás al verla con mayor detalle si empieza a perder puntos (por el tema de la credibilidad), pero para pasar el rato y plantearse como una cinta icónica de la época logra su cometido.
Aquí el grupo de niños colinda con los adolescentes, la niñez y la pubertad no tienen diferencia sino que persiguen un mismo objetivo: crecer y abandonar todo lo que han conocido. Los adultos son extraños que no obstaculizan sus objetivos pero se vuelven una caricatura frente a las personalidades del grupo.
32 años después de la cinta hay miles de referencias a la película, casi se podría hablar que hay un subgénero dedicado a ello, diferenciando las personalidades de los niños en medio de los años, uno de ellos Stranger Things el cual se jacta de referenciar a la película y tomar prestado el punto intermedio entre niños y adolescentes.
Super 8 también hace un merecido homenaje e incluso se podría considerar que parte de IT también tenga un apartado dedicado a ello a partir del concepto de la «pandilla».
Quizás los villanos tienden a ser caricaturescos en comparación al retrato que se ofrece de los personajes pero después de todo hablamos de una película para todo público en los 80. De igual forma, Mikey (Sean Astin) representa el líder innato que usa un inhalador que rompe sus límites por intentar buscar una aventura que lo permita escapar de su realidad.
Los Goonies habla de los perdedores, de niños y adolescentes fuera del margen del sistema y que son excluidos por ser distintos, ellos no se quejan de haber sido así sino más bien encuentran motivos para tener diferencias a partir de allí. «Andy» (Kerri Green), es una chica superficial (y vaya que lo es) pero también duda si alguien la quiere y si es linda, cuestiona dentro de aquella apariencia lo que realmente quiere.
¿Se conserva todavía el legado de la cinta?
@Chdnk