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La historia real de Inventing Anna, la nueva serie de Netflix

la historia real de Inventing Anna

Inventing Anna es la nueva serie de Netflix, la segunda que llega a la plataforma desde el extraordinario mundo de Shondaland. Es la sucesora de la primera temporada de Bridgerton, la primera serie que Shonda Rhimes produce para la famosa plataforma. Así que las expectativas sobre lo próximo de la famosa productora eran enormes. Rhimes vuelve al drama judicial (después de Scandal) para contar, precisamente, un nuevo escándalo que sacudió a la élite neoyorquina. Si te gustó la serie, la historia real de Inventing Anna te resultará mucho más atractiva y perturbadora. Y hoy hablaremos de ella.

El comienzo de cada episodio de Inventing Anna dice: «Toda esta historia es completamente cierta«, seguida de «Excepto por todas las partes que son totalmente inventadas«. La serie, que sigue las andanzas de Anna Delvey, la falsa heredera que engañó a la alta sociedad de Nueva York haciéndoles creer que valía millones de dólares, ha cautivado al público ansioso por descifrar qué es verdad y qué es ficción. Desde el drama judicial del caso hasta el tratamiento privilegiado de Delvey en su prisión del norte del estado de Nueva York, hablaremos de lo que realmente ocurrió durante este hecho.

La historia real de Inventing Anna

A diferencia de la serie, para contar la historia real de Inventing Anna, vamos a ceñirnos solamente a la parte «Toda esta historia es completamente cierta«. Entonces…

¿Inventing Anna es una historia de la vida real?

Sí, Inventing Anna es una adaptación de los hechos reales de Anna Delvey, quien se hizo pasar por una heredera alemana para estafar a la alta sociedad de la ciudad de Nueva York.

En el año 2018, la periodista Jessica Pressler escribió un artículo investigado sobre Anna Sorokin que sería revelador para muchas personas vinculadas o no a esta persona. Le mostraría a la gente lo cómodo que alguien puede cometer un hurto, pero lo que es más importante, lo fácil que es engañarlos si alguien realmente se lo propone. Básicamente, que la mayoría de ellos estaban a merced de las buenas intenciones porque sería muy difícil para ellos descubrir si alguien estaba mintiendo, aunque había amplia evidencia para demostrarlo.

Quién es Anna Sorokin

Nacida de padres rusos, Anna Sorokin se mudó a Alemania para completar su educación escolar. Aquí, tuvo problemas para adaptarse, pero logró obtener una pasantía en la Revista Purple en París. Sin embargo, más tarde fue trasladada a la oficina de la revista en Nueva York porque tuvo algunas desavenencias con sus colegas. Al llegar a Nueva York, cambió su nombre a Anna Delvey.

Anna pronto comenzó a trabajar en la idea de abrir una galería de arte, que sería más como una experiencia para los nombres más ricos de Nueva York. Excepto que ella no tenía el dinero para hacerlo. Entonces, comenzó a fingir ser una heredera alemana, con enormes cantidades de efectivo en su cuenta bancaria suiza de las que hablaba todo el tiempo.

Quién es Anna Delvey

De esa forma, bajo un nuevo nombre y pretendiendo ser alguien más, Anna creó una especie de persona en la que sería difícil para cualquiera creer que no provenía de una familia dinero. Interpretó el papel de una joven adinerada, ambiciosa y presumida, y la gente no solo compró su actuación, sino que también quería ser su amiga. Anna Sorokin aprendió cómo se comporta la élite neoyorquina y aprendió a ser una más. La jugada le salió bien.

Bueno, por un rato. La mayoría de la gente descubrió que ella era un fraude, aunque más tarde que temprano. Michael Xufu Huang, un coleccionista de arte, llevó a Anna con él a un evento exclusivo porque Anna pidió acompañarle. Para ese mismo, Huang pagó su alojamiento y comida, y básicamente todo lo demás, aunque ese nunca fue el trato.

Ella le devolvió el dinero más tarde, pero las cosas le parecieron muy turbias. Sin embargo, no logró activar la alarma y Anna siguió con sus asuntos. Solicitó préstamos para la «Fundación Anna Delvey» con los bancos más grandes, y sus planes para la galería de arte no eran pequeños. Ella quería lo mejor de todo. El mejor edificio, la mejor comida, el mejor arte.

El declive de las dos Anna

Mientras trabajana en la creación de su galería, Anna se hizo amiga de la editora de Vanity Fair, Rachel DeLoach Williams. Y aquí empezó su estrepitosa caída. Las dos se fueron de viaje a Marruecos, donde, como era de esperar (para nosotros, después de saber la historia), la tarjeta de Anna fue rechazada. Sin saber cómo salir de la situación, Rachel le dio una tarjeta con un crédito de más de sesenta mil dólares.

Anna no le devolvió el dinero y, a diferencia de Huang, Rachel no tenía tanto dinero. En este punto, Anna ya estaba siendo investigada por cargos de fraude bancario y fue un almuerzo falso con Rachel lo que la llevó tras las rejas. Cuando Rachel dijo que se reunirían para comer, Anna le creyó. Para alguien que siempre podía pensar más rápido que cualquier otra persona, esa vez fracasó miserablemente y ese fue el punto final para Anna Delvey. Aunque estaba en la cárcel, mantuvo firmemente que no hacía nada por dinero. Lo hizo por su sueño, según ella misma. Con una persona que tiene tantas capas en su personalidad, y sin mencionar, que constantemente está fanfarroneando, es difícil decir si lo dijo en serio o si esto también fue un truco para engañar al mundo.

Anna se hacía cheques falsos a sí misma y, en muchos casos, obtenía el efectivo con el que pagaba en los hoteles. Así es como posiblemente dio una gran parte de esas propinas y entró en estos hoteles caros sin usar una tarjeta de crédito. Indagando más en la historia de Anna, las señales estaban en todas partes. Ella siempre pagaba por todo… lo de bajo costo. Es como si fueras a un restaurante con amigos, ordenan pizza, gaseosas y tu dices que pagarás el precio del hielo extra. Uno pensaría que ella tenía dinero.

En consecuencia, Anna fue declarada culpable de ocho cargos y sentenciada a un mínimo de 12 años de cárcel, así ocurrió el declive (al menos mediático) de Ana Sorokin, hasta que fue liberada en 2021.

Un año más tarde, Shonda Rhimes ha decidido traer a la pantalla chica una adaptación de nueve episodios de estos hechos, partiendo de un artículo escrito por la periodista Jessica Pressler (actual editora de Vanity Fair) y protagonizada por Julia Garner.

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