“En la situación adecuada, somos capaces de los crímenes más terribles. Imaginar un mundo donde esto no ocurra, donde cada crisis no resulte en una nueva atrocidad, donde cada periódico no esté lleno de guerra y violencia… Bueno, es imaginar un mundo donde el ser humano dejaría de ser humano.”
-The Invasion, 2007
Lo dijo un diplomático, el embajador Yorish Kaganovich, personaje de la película Invasores; filme del 2007, dirigido por Oliver Hirschbiegel y con guion de Dave Kajganich. Considerando la trama general de esta película, quizá les resulte un poco extraño que la relacione con el tema que tocaré hoy; sin embargo, considerando el mensaje más importante que me transmitió esta cinta, les aseguro que tienen mucha relación.
Esta película, para quienes no la han visto aún, plasma el esparcimiento de un virus extraterrestre sobre nuestra raza, dicho microbio no afecta la apariencia del infectado pero altera todo su organismo. Al parecer, suprime las emociones del portador y la meta es contaminar a toda la población mundial; modificando así el comportamiento humano, no habrá luchas por poder, tampoco conflictos, crímenes ni destrucción.
La cita con la que comienzo este escrito es el resumen de lo que para mí, es la meta de la mencionada película. Además de emoción, intriga y acción, Invasores nos ofrece reflexión. ¿Qué tan mal puede estar nuestro mundo, de manera que la única forma de mejorar es eliminar la conducta que nos distingue de las otras especies?
Cada día, el periódico en nuestra puerta anuncia un nuevo crimen, una nueva catástrofe. Muertes, delitos, enfermedades, pobreza, hambre y toda clase de malos sucesos. Los medios de comunicación ya no venden noticias, venden nota roja, venden morbo y tragedia. Las cosas buenas siguen pasando en este planeta, pero hay que rascar para poder verlas.
Es muy cierto, guerra y violencia se volvieron las características principales de nuestra existencia, parece que nuestro dominio en la Tierra se ha basado en ir contra la vida para imponer nuestra voluntad. Dejar a un lado eso que tanto daño hace y convivir en paz con todo lo que nos rodea, prácticamente significa no ser humanos e ir en contra de nuestra propia naturaleza.
No son palabras alentadoras y probablemente ni siquiera sean una pregunta. Es casi una verdad y un hecho comprobado todo el daño que hemos causado y lo difícil que ha sido coexistir con el entorno sin usarlo sólo para nuestro beneficio sin cuidarlo y protegerlo.
Queda en cada uno de nosotros, ponernos a pensar, preguntarnos si podemos cambiar y hacer las cosas bien o arriesgarnos a que doña Naturaleza se canse y se deshaga de nosotros con una pequeña sacudida de hombros. Nosotros tenemos la oportunidad de demostrar que merecemos estar aquí, pero no somos quienes tomarán la decisión; día con día debemos convencer al planeta de que seremos buenos huéspedes, no invasores.
Fotografía: http://www.bandin.info/2012/12/programacion-del-fin-del-mundo-para-manana-21-de-diciembre-de-2012
Cuanta razon Mariana, me encanta y me sorprende tu forma de escribir.
Muchísimas gracias, Ara. Tú siempre presente :D
Me gusto el tema. Realmente debemos reflexionar sobre nuestra postura en este planeta; donde el egocentrismo del ser humano destruye día a día el lugar que habitamos. Ojalá hiciéramos conciencia y cada uno con un granito de arena lucháramos por un mundo mejor!
Muchas gracias, tienes toda la razón. Hay que reflexionar mucho y poner todos de nuestra parte. Sólo así vamos a poder :D ¡Saludos!