El cursor parpadea, a mi mente no viene mucho últimamente, se dice que la inspiración no debe buscarse en algo o alguien si no en uno mismo porque de lo contrario corres el riesgo de quedarte sin ella. Y tal vez eso me pasó a mí, de la nada quedé como un enorme tintero derramado sobre un libro, un verdadero desastre, todo mezclado sin poder ver más ni una letra de ese libro, sin esencia. Sin mencionar ese molesto nudo en la garganta que ya ni puedo recordar cuanto lleva ahí, pero intente lo que intente no se va. Claro que de vez en cuando me permite reír o crear ese espejismo de que todo está bien pero cuando quiere vuelve a aparecer para recordarme que nunca se ha ido.
¿Así se siente no? cuando esa “inspiración” se te va sin previo aviso, de la noche a la mañana escapa dejando un hueco tras de sí. Aunque tal vez si hubo señales, más de una quizá, que todo mundo vio menos tú, pero no por eso deja de ser inesperado. Tratas de convencerte a ti mismo pasado un tiempo que todo está bien… ya no duele.
Aunque la realidad es totalmente diferente, sabes que no importa cuántos consejos te den ni las palabras de aliento, menos los libros de auto-ayuda ni siquiera que te digan la típica frase “algo mejor vendrá” podrá brindarte alivio.
Porque no es cuestión de cuánto tiempo pase o a cuanta gente conozcas, habrá días que te sientas de maravilla y pienses que la tormenta por fin cesó o por el contrario tendrás esas bajadas repentinas en las que desearás más que nada que todo vuelva a ser como antes, días de añorar lo perdido al punto de desear que esa “inspiración” de pronto reaccione, se dé cuenta de lo que perdió y milagrosamente llegue a tocar tu puerta arrepentida. Sin embargo muy dentro de ti sabes que eso no sucederá, peor aún aunque suceda ya no hay marcha atrás debes dejar ir porque de igual forma ya nada será como en un principio. Y en este proceso tal vez estés solo, porque nadie, absolutamente nadie entenderá tu forma de pensar o cómo te sientes hasta que no les toque estar en tu lugar, lo que hará todo aún más difícil.
Y créeme que por más que intentes llenar ese hueco con mil actividades, con otras personas o viajando a mil sitios no podrás, porque cada situación, cada vivencia tienen su sitio y tratar de encontrar algo igual que lo reemplace lo único que logrará es desgastarnos. La única salida es nuestra fuerza de voluntad, entender que todo en esta vida solo va de paso, aferrarnos a lo que si tenemos en lugar de perseguir desesperados simples ilusiones pero lo más importante es darnos cuenta que aunque esa pequeña parte no esté más, nosotros seguiremos siendo los mismos nuestra vida seguirá su mismo curso y tal vez, sólo tal vez un día la vida nos presente otra musa, más intensa, que nunca se marche porque ella ya no provendrá del exterior, esta vez nacerá y permanecerá en nosotros mismos.