Pareciera que a los mexicanos la corrupción sistemática nos resultara algo normal y aceptable, que lo que pasa a nuestro alrededor no nos afecta o no nos incube. Hay una apatía y una indolencia generalizada ante los escándalos más recientes de la clase que me hacen preguntarme si en verdad seguiremos tolerando la corrupción por más tiempo.
El departamento de Miami.
Pareciera que no hemos aprendido nada desde que se hizo publica la existencia de la «Casa Blanca» de Las Lomas. Ahora sabemos dos departamentos de lujo en Miami ocupados por la esposa del presidente de México, los detalles de este caso se han reproducido hasta el cansancio y no me ocuparé de ellos en estas lineas.
¿Por qué nos debe interesar esto? Porque al igual que ocurrió con el inmueble anterior (adquirido a una empresa que tiene contratos millonarios con el gobierno), estos departamentos pertenecen a un empresario que pretende tener contratos con la administración federal, cayendo nuevamente en un conflicto de interés, situación penada por nuestro sistema jurídico.
El conflicto de interés crea una situación desigual entre las empresas que quieren hacer negocios con el gobierno, lo que genera una ventaja injusta, poco ética, en favor de quien otorga favores o prebendas a las personas en el poder o en su circulo cercano.
Desde que fue gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto y su equipo cercano han sido señalados de favorecer a empresarios con contratos millonarios a cambio de sobornos. El mismo secretario de Hacienda, Luis Videgaray, viejo colaborador de Peña, fue «embarrado» con el escándalo de la la Casa Blanca y Grupo HIGA.
El presidente, la primera dama y el secretario-complice fueron absueltos de toda sospecha por una Secretaria de la Función Pública encabezada por otro secuaz peñista, Virgilio Andrade. Una triste y patética comedia mal montada.
Claro, en el colectivo hay una respuesta lógica a esto: son priistas. Pero las administraciones albiazules tuvieron sus casos de conflictos de interés y corrupción: El caso de los hijastros de Vicente Fox y su enriquecimiento inexplicable a raíz de contratos multimillonarios con gobiernos panistas locales, el caso Oceanografía que le explotó en la cara a Felipe Calderón o el Hildebrando que salpica a la ahora suspirante a la silla del águila, Margarita Zavala.
El #3de3 del Mesías de Macuspana.
Andres Manuel López Obrador, fundador, líder moral (y hasta espiritual) del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, en el discurso sensor, enemigo y azote de los corruptos, se negó durante un tiempo a presentar su declaración 3de3 iniciativa ciudadana (sí, emanada del sector empresarial, que lo entiendan o no los morenos, también son ciudadanos), iniciativa que su secta-partido y comparsas ignoró en el congreso, por fin dio su brazo a torcer y presentó su declaración pero, no le salen las cuentas…
Y es que el expriista, experredista, exjefe de gobierno, excandidato presidencial y exasesor del PT dice que ni tiene bienes inmuebles, ni cuentas bancarias, todos sus bienes materiales ya fueron repartidos a sus hijos y vive con su modesto sueldo de $50,000 mensuales que le paga su partido (sí, el partido que no pagaba sueldos).
Pero el IMCO y Transparencia Mexicana le devolvieron su declaración porque el iluminado de Tabasco omitió las regalías de sus libros, lo que cobra por conferencias (que barato no es)… y aunque la volvió a entregar aún deja dudas.
AMLO es el precandido a la presidencia más fuerte hoy por hoy, el hartazgo de los malos gobiernos azules y tricolores lo tienen como puntero aún, pero la transparencia, les guste o no a los morenos, no es su fuerte… y es la bandera que enarbola. Y para quien esto escribe, eso también es corrupción.
Los resultados mediocres de las Olimpiadas…
México ha tenido hasta ahora una de sus peores actuaciones en Juegos Olímpicos. Rio 2016 ha dejado un mal sabor de boca a atletas y seguidores mexicanos. Y es que la corrupción del sistema político del país permea hasta en el deporte.
Y es que el deporte mexicano no está dirigido por atletas, profesionales del deporte o personas relacionadas. En México el deporte está en manos de burócratas sobrevalorados con aspiraciones políticas.
La CONADE no actúa por la promoción del deporte sino como caja chica para comprar trajes Hugo Boss y se la agencia de viajes de los politiquillos que la tienen secuestrada. Porque el apoyo para los deportistas nunca llega. O llegan a aquellos casos excepcionales donde el atleta garantiza un sponsor del que estos directivos saquen una tajada.
¿Todavía crees que la corrupción no te afecta? ¿La vas a seguir tolerando?