El Lunes 14 de Noviembre del 2016 se hizo publico que la ex-lidereza magisterial Elba Esther Godillo fue declarada inocente del delito de defraudación fiscal por un tribunal.
La noticia cae como balde de agua fría a los mexicanos en momentos en el que país sufre una seria crisis económica, de seguridad, de derechos humanos; en un momento en el que las instituciones tienen los niveles más bajos de aceptación y credibilidad de su historia.
La estrategia de la defensa de la tristemente celebre «maestra» no fue probar la inocencia de la detenidad sino validar la falta de debido proceso en el arresto de Gordillo.
Un tecnicismo deja libre del cargo de defraudación fiscal a la millonaria Gordillo, su enriquecimiento inexplicable no pudo ser probado debido a que se hizo un uso caprichoso de las fuerzas del orden para su detención, para montar un espectáculo mediático, muy al estilo de García Luna en el sexenio de Calderón.
Esta resolución del juzgado deja un mal sabor de boca, es como repetir una historia ya conocida, como en el caso de Florence Cassez, no triunfó la justicia, sino que los errores sistemáticos de las autoridades dieron motivo para liberar a una persona con un comportamiento delictivo, poco ético, criminal, que ha hecho mucho daño al país, y que aparentemente, estos vicios en la impartición del justicia, seguirán por mucho tiempo.