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El último café

Definitivamente no funciona, y hasta ahora lo entiendo porque dejé de lado mi necedad y empiezo a verte de una manera diferente. Analizo cada uno de los sucesos que me llevaron a alejarme de ti aún cuando mi corazón se aferraba a tu recuerdo.

Ha pasado el tiempo, ambos hemos crecido. Te reías porque decías que  mi «Complejo de Wendy» siempre me iba a atar a mi actitud de niña pequeña y mis berrinches le resultarían intolerables a cualquiera, menos a ti. Lo curioso es que cuando me miro al espejo aún sigo viendo a una niña, asustada de las cosas que ocurren en el mundo y de las cuales tu me protegías. Hoy lleva una armadura para defenderse sola.

Me enseñaron a creer en historias donde la mujer es frágil y necesita de un hombre. Bueno créeme que esta mujer sabe enfrentarse al mundo sola, sola como me quedé cuando saliste huyendo de el «te amo» que te susurré esa noche.

A veces no estamos preparados para cierto tipo de amor, son demasiado para nosotros. La gente busca una aventura y encuentra al amor de su vida y salen corriendo por no sentirse dignos de él, del amor. Mil veces me recordé a mi misma que tenemos el amor que sentimos merecer, me convencía a mi misma que lo poco que recibía de ti me era suficiente; nunca fue así.

Cuando te fuiste déjame decirte que algo de mi se murió, lloré, incluso pensé suplicarte que regresaras conmigo, que sería «buena» y no pediría nada que no quisieras darme; por suerte mi orgullo nunca me dejó. Poco a poco me fui recuperando y me di cuenta que las cosas no pintaban tan mal, salí con amigas, trataron de hablarme mal de ti pero ellas no te conocían como yo, no te preocupes no pienso mal de ti. Salí con otras personas, aunque aún te extrañaba me di tiempo de conocerlas sin compararlas. Comencé de nuevo a ver el mundo sin ti.

Te extraño, no voy a negártelo muchas veces me pregunté como estarías, si alguien te estaría arropando por las noches cuando llegas demasiado cansado y te quedas dormido viendo la televisión. Aprendí que puedo vivir sin ti, sin tu sonrisa y tu forma de hacer lo que decías que era amor. ¿Te acuerdas cuando dije que mi vida no tenía sentido sin ti? Perdóname, mentí. Hoy estoy bien, soy feliz, libre, no eres indispensable pero acepto que fuiste parte vital de una etapa; un capitulo estupendo en mi vida pero el tiempo pasa y las cosas fluyen, yo cerré ese episodio.

Ahora ¿para qué me citaste? Es tarde, pero gracias por decirme que lo has pensado y también me amas, me asombra saber que te tomó todo este tiempo reflexionarlo. Un año es demasiado tiempo, gracias por lo que me ofreces pero ya no lo quiero, aunque efectivamente hace tiempo hubiera dado todo por escucharte decir lo que ahora me dices. Te di mi amor en el momento en que estaba preparada pero ahora esa oferta expiró; solo nos queda esta taza de café, igual que la primera vez, solo que hoy soy yo la que no merece tu amor… la verdad es que busco algo mejor.

Imagen de: http://www.naceira.com/wp-content/uploads/2011/06/Dark_coffee_by_monika_es-425×278.jpg y http://4.bp.blogspot.com/-A_HFIcp2gzI/TVQDQFISr-I/AAAAAAAAABk/ZzsRqRaQ930/s1600/lluvia+ventana.jpg

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