Crítica: The Father, un viaje interno a la demencia

Esta semana, motivado a la ceremonia de los Oscar, me comprometí con terminar de ver las películas nominadas a los premios Oscar 2021. En esta ocasión, aprovechando su paso por algunas selectas salas de cine, vi The Father (2020, dir. Florian Zeller), lo hice sin saber nada de la misma excepto que está protagonizada por Anthony Hopkins y Olivia Colman. Durante los primeros minutos del visionado, pensé que se trataba del típico drama familiar de una hija que debe luchar con lo que conlleva la responsabilidad de cuidar de su padre ya anciano. Pero el primer giro en la historia lo cambia todo. The Father está contada a través de la perspectiva del padre (lo cual es una obviedad de acuerdo al título de la cinta), no a través de la hija. De hecho, después de ese giro pensé que no estaba entendiendo nada pero esa es la intención de Zeller.

The Father es un viaje descorazonado hacia la demencia y así lo retrata, es estar en un constante cambio dentro y fuera de la cabeza de Anthony, el padre, para comprender mejor las luchas internas del personaje.

Tras un recorrido modesto en los festivales, la película El Padre, fue rescatada por los grandes premios BAFTA, Globos de Oro y Oscar, donde se disputa el premio en seis categorías ¿Realmente merece estar presente en todas?

Sinopsis de The Father

El Padre, es la adaptación cinematográfica de la obra teatral escrita por el mismísimo Florian Zeller en 2016, Le Pere, la cual nos presenta a Anthony (Hopkins) de 80 años que vive solo para disgusto de su hija Anne (Colman). Con su padre, colgando en las garras de la aparición de la demencia, Anne debe lidiar con el hecho de ver a su padre desvanecerse lentamente.

Zeller se entromete constantemente con la realidad en cambios -a veces sutiles, a veces abruptos- de Anthony. Una experiencia deliberadamente discordante para el espectador, haciendo que minuto a minuto nos cuestionemos todo lo que se nos presenta; una técnica ingeniosa para posicionarnos dentro del aterrador estado mental del protagonista. La confusión y las conmociones impregnan a Anthony y Zeller permite a la audiencia sentir la misma angustia del personaje. Nunca se había retratado una enfermedad mental de una forma tan notable, siendo el resultado una experiencia completamente inquietante.

Un retrato original de la demencia

La perspectiva desde la que está contada hace que la película sea una propuesta completamente original. Frente a otras películas, también recientes que se han tomado a la tarea de capturar otras enfermedades degenerativas, como Away From Her (2006) o Still Alice (2014), The Father nos presenta un enfoque alternativo, a través de una idea brillante.

La película está estructurada de acuerdo al estado mental cambiante del personaje central. La inmersión completa es una mirada descorazonada a través de los mosaicos que inundan la mente de Anthony plagado de rostros, nombres y sitios que cada vez se le dificulta más reconocer. Se trata de un visionado brutalmente duro sobre cómo se siente perder la cabeza, experimentándolo a través del personaje de Anthony.

La intención de Zeller es plagar la historia con la confusión, el terror y la frustración que atraviesa el protagonista y compartirlas con el espectador, dando como resultado una experiencia abrumadora y desgarradoramente única. Es como estar dentro de una película de terror psicológico que no tiene fin y a la vez es algo doloroso porque es exactamente como se debe sentir a diario una persona que padece de demencia.

Un vehículo de lucimiento para Anthony Hopkins

La brillante actuación de Anthony Hopkins es el centro de todo. No es de extrañar porque Florian Zeller estuvo dispuesto a rodar la película únicamente si Hopkins accedía a protagonizarla; de hecho, escribió el guión con el actor en mente, de ahí a que el protagonista comparta el nombre con el actor. Y prácticamente imposible que cualquier actor supere lo que consigue el inglés. Es que con 82 años de edad tiene mucho mérito interpretar un personaje que prácticamente es una prueba de resistencia mental. Su Anthony redefine su carrera interpretativa permitiéndole explotar una habilidad para la vulnerabilidad poco vista en sus trabajos.

Y es que cuando se tiene una carrera interpretativa de más de cincuenta años, con un premio Oscar, tres BAFTA y dos Emmy -solo por mencionar algunos premios- ya no tienes nada más que demostrar y aún así su trabajo en The Father permite que el actor brille como nunca antes. Hopkins tiene la capacidad de transmitir un comportamiento cambiante en su personaje, siendo cálido, débil, y exasperante a la vez, todo en una misma escena. Y el actor lo maneja con aplomo. Se trata de una interpretación que quedará para la historia.

Cabe destacar la interpretación de sus dos colegas femeninas. Olivia Colman concede una interpretación que refleja la tristeza interna que atraviesa al ver como su padre se deteriora mentalmente. Su Anne es un personaje tan duro de ver casi como el mismo Anthony, puesto que para aquellos que están en una situación similar puede ser un duro golpe verse reflejados y para aquellos que no lo estamos, deseamos no estar nunca en su posición. Por otro lado, Imogen Poots tiene una muy pequeña pero potente aparición que se convierte en el reflejo del espectador dentro de la trama, puesto que constantemente su personaje se ve en medio de la incertidumbre frente a la cambiante actitud de Anthony, algo que la actriz muestra perfectamente a través de simples expresiones.

El logro técnico está en los detalles

The Father es una rareza por el hecho de que la película se destaca prácticamente en todos los apartados. No solo goza de un guión con una perspectiva original y cuenta con interpretaciones de lujo. También hay que hacer mención a los logros en los apartados técnicos que juegan un papel fundamental en el desarrollo de la historia.

Principalmente hay que destacar el diseño de producción que a través de pequeños detalles (pasillos, pinturas, puertas, etc) se convierte prácticamente en otro personaje dentro de la historia. Hay guiños cambiantes que colaboran a la incertidumbre.

Obviamente, al tratarse de la adaptación de una obra de teatro El Padre no puede escapar del todo de su estilo original, con escenas largas y una puesta en escena casi claustrofóbica, pero de lo que estoy casi segura Zeller es totalmente consciente.

La película El Padre es un visionado difícil porque quiere serlo. Florian Zeller compone un retrato original y emocionalmente resonante de una mente fracturada con actuaciones magistrales. La película es un laberinto complicado que retuerce la realidad y presenta la demencia como nunca antes. Es una película que en efecto se merece todas y cada una de las nominaciones al Oscar 2021 que ha conseguido y sobre todo sería una ganadora muy digna, solo si Nomadland se lo permite.

Veremos que sucede este domingo 25 de abril de 2021.

  • La película El Padre está disponible para ver en cines.
NM
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Amante de las películas y las series. Intento de escritora. Entusiasta de la cultura pop

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