Inicio ENTRETENIMIENTO Crítica de Red Rocket, la fascinación de Sean Baker por los perdedores

Crítica de Red Rocket, la fascinación de Sean Baker por los perdedores

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Critica de red rocket

Durante décadas, el cine hollywoodense nos ha vendido el sueño americano en todas sus presentaciones, en su mayoría, como relatos de cuentos de hadas modernos que acaban con un final feliz (es decir, materializando ese sueño). Es que el alcance de grandes metas y la superación están muy arraigados en la cultura americana que películas como Whisplash o Black Swan, tienen tramas que giran alrededor de la obsesión que nace por ser perfectos; es un reflejo de lo peligroso que puede llegar a ser buscar la perfección a toda costa. Algo que para muchos puede ser exagerado pero los estadounidenses, en su mayoría las personas de clase media (quienes están más cerca de alcanzar un mejor estatus), trabajan desmesuradamente para ser los mejores en todo. Cuando una persona no muestra interés de superación, sino de conformismo, suelen retratarse como los perdedores de una sociedad obsesionada con ser la mejor. Pero hay algo especial en el cine de Sean Baker que captura algo especial en la historia de esos perdedores, de una forma orgánica pero a la vez muy bella. Su trabajo mas reciente, Red Rocket, es viva muestra de ello.

En Tangerine (2015), película rodada con su celular, contó la historia de una mujer transgénero, ignorada por la sociedad. En The Florida Project (2017) retrató la historia de una niña, hija de una madre soltera, residentes de un motel ubicado justo detrás de Disneylandia, cuyas carencias son el contraste del lujo y mercantilismo que acontece a escasos metros en el famoso parque de atracciones. Y ahora, en Red Rocket se centra en un actor porno, que vuelve a su ciudad natal tratando de encarrilar su vida; se trata de un drama con tintes de comedia negra, y un protagonista peculiar que conforman un visionado bastante entretenido.

¿De qué trata Red Rocket?

Red Rocket es la historia de Mickey Saber quien veinte años después de dejar su ciudad natal para mudarse a Los Ángeles para probar suerte en la industria del cine para adultos, ha regresado en la ruina y acabado, con la esperanza de encarrilar su vida con ayuda de su ex-esposa y ex-suegra. Sin embargo, cuando conoce a Strawberry, una joven de diecisiete años, no descansará hasta llevarla a Los Ángeles, para así encaminar nuevamente su carrera como actor porno, aunque esta última idea, traerá consigo un par de problemas extras a su vida.

De ilusiones también se vive

Esa legendaria frase que al menos una vez todos hemos escuchado o dicho, toma forma en la historia que cuenta la película de Sean Baker. Su protagonista, Mickey, habla constantemente de los días de gloria en su carrera. El estirpe de Hollywood, sus anécdotas de rodaje, sus premios recibidos, su cantidad de suscriptores en una página de contenido adulto e incluso sus números de seguidores en Instagram. Pero es esa insistencia de hablar del pasado lo que hace que resulte lastimoso el personaje. En ningún momento se verbaliza su declive, cuál fue el punto de quiebre que tras sus logros volvió al lugar de donde salió, pero es esa dualidad entre lo que vive (arruinado y arruinado) completamente alejado de lo que alardea (sus días de gloria), lo que define a Mickey como un hombre incapaz de afrontar que sus mejores días (si alguna vez los tuvo) ya se han ido. De hecho, en una parte específica de la película, este menciona que tiene ”casi mil seguidores en Instagram” y lo dice como un logro, siendo este un número común de seguidores en cualquier cuenta promedio. Sin embargo, eso nos permite ver cuan alejado está Mickey de su triste realidad.

Humor malsano

Las películas de Baker se han destacado por esa estética orgánica tanto en su historia, actuaciones y producción. Incluso en las tres películas que ha rodado hasta la fecha, el director se ha rodeado de un puñado de actores no profesionales para dar vida a sus personajes y se nota. Pero es esa inclinación por buscar un resultado natural lo que hace que sus películas se sientan como la vida misma, así sus guiones encuentran un balance entre el drama y la comedia; porque todos hemos tenido días buenos o malos, alegres y tristen. Hasta los personajes de Baker.

Y eso se aprecia cuando pese a la situación deplorable en la vida de Mickey, nosotros como espectadores podemos reír con él pero reírnos de él también. Mickey es un personaje con mucha carisma y una suerte terrible pero resulta difícil empatizar con él porque también es una persona insoportable. Desde el momento en que llega a la casa de su ex-suegra sabemos que es un hombre que no está bien. Evade responsabilidades, vive inmerso en un pasado del cual ya no queda rastro y literalmente todo lo que hace es para beneficiencia propia. A partir de sus erróneas decisiones, Mickey va de mal en peor y Baker se las apaña, como buen guionista para conseguir que en vez de sentir pena por el, sintamos vergüenza ajena.

Simon Rex, actor revelación

Además del talento del director y guionista para escribir personajes, también hay que darle crédito al responsable de dar vida al personaje principal, que se convierte en el pilar de toda la historia. Simon Rex impregna a Mickey con toda su carisma, también es una interpretación muy física y él sale más que triunfante. Red también memorizó todos sus diálogos, que son bastante, en apenas tres días antes de rodar, lo que hace que esa naturalidad con la que escupe cada palabra sea más admirable.

De lo bello lo feo

  1. Tal como lo conseguía en sus trabajos previos, Baker demuestra una vez más que puede capturar la belleza incluso en los escenarios mas feos. Si en The Florida Project tenía un motel de mala muerte como escenario principal pero se las arregló para capturar planos memorables; vuelve a hacer lo mismo pero esta vez en un vecindario de caravanas en Texas. El director, quien también es el editor, juega con una paleta de tonos pasteles y brillantes para crear una fotografía vívida, como las ilusiones de las que vive el personaje.

La banda sonora también juega un papel importante y hace que temas icónicos de los noventa, complementen muchos de los mejores momentos.

Red Rocket puede no ser una película para todo el mundo, pero es una gran película. El director sabe muy bien mezclar géneros, crear una historia orgánica y reconocer el talento desconocido. Se trata de una de las mejores películas de su año y esta semana llega a las carteleras nacionales.

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