Inicio ENTRETENIMIENTO Crítica de la serie Trust | Cuando la realidad supera la ficción

Crítica de la serie Trust | Cuando la realidad supera la ficción

Últimamente las series basadas en hechos reales están inspirando seriados a montón. La vida a veces puede ser mucho más entretenida y truculenta que la prodigiosa mente de cualquier guinosta incapaz de crear una ficción mejor. Estos hechos edulcorados con el humor negro se han convertido en una tendencia en la televisión anglosajona. Ryan Murphy ha demostrado como se hace y Trust, del director Danny Boyle, se ha propuesto seguir sus pasos. Y es que la serie original de FX tiene demasiado de las mejores producciones de Murphy, aciertos que condensan un estilo propio y uno que otro defecto. Sin embargo, Trust se ha atrevido a ser una mirada más retorcida de la realidad a favor de brindar una historia capaz de fascinar y espantar al espectador a dosis equitativas.

El caso Getty: Realidad vs. Ficción

Trust es una nueva mini serie de diez episodios sobre el caso del secuestro de Paul Getty III. Este nombre puede resultar bastante familiar en estos días ya que se trata de la misma historia que inspiró Todo el dinero del mundo, la polémica película de Ridley Scott donde Kevin Spacey fue remplazado por Christopher Plummer un mes antes del estreno de la película. Pero ¿qué tiene de interesante esta historia para que una serie y una película propongan contarla el mismo año? La verdad mucho, ya la historia real suena a ficción y para entender de que va la serie hay que comprender ligeramente como fueron los hechos.

En 1973 Paul Getty era el hombre más rico del mundo, el empresario petrolero un señor bastante tacaño, avaricioso y cascarrabias, estaba en búsqueda de su sucesor. El problema es que en la familia Getty parece no haber trigo limpio y Getty cree que todos sus hijos son indignos. Pero un día conoce a Paul III, su nieto, el hippie de oro como le llamaban en Roma, donde vivía. Paul visita a su abuelo y demuestra que a pesar de su aspecto bohemio y su vida de excesos hay un chico bastante culto, el viejo Getty queda prendado de la personalidad de su nieto pero Paul no ha visitado a su abuelo por otra cosa que no sea interés: necesita seis mil dólares para saldar una deuda con la mafia italiana.

Paul Getty manda de regreso a Roma a su nieto lo que no se imagina ni él ni los padres del chico es que de vuelta a la capital italiana es secuestrado. El secuestro, bastante torpe en ejecución, despierta la teoría de estar siendo orquestado por el mismo joven, y concluye en una petición de 17 millones de dólares pero su abuelo solo ofrece 600 dólares más gastos. ¿Cómo va a terminar toda la tramoya? Restan nueve episodios para desarrollar todos los hechos que han sido contrastado con otros escritos únicamente con intenciones de mejorar la trama tal como advierte el cartel final cada episodio.

Nadie es perfecto

Trust brinda una mirada bastante satírica respecto a los personajes y los hechos tanto que los vuelve vulnerables. No todos son malos, no todos son buenos. Ninguno es perfecto. Algo tienen en común todos los personajes y es hecho de que se vanaglorian en sus defectos como si estos fuesen virtudes. Paul Getty es consciente de su avaricia, su misoginia, su tacañearía y se aferra a lo mismo como si fuese lo mejor que tiene, después de su incalculable fortuna. Paul Getty III es un joven que va por la vida creyendo que sabe todo de todo pero en realidad no sabe nada. Las mujeres de Getty, sí, en plural, son tratadas como objetos por parte de este y aun así se sienten en una posición envidiable.

Quienes sí rozan la perfección son los actores gracias a sus trabajadores interpretativos, bastante lúcidos por el talento de los mismos y por el tratamiento de los personajes en su mayoría muy bien escritos donde destacan Donald Sutherland como el repulsivo Paul Getty, Harris Dickinson, una revelación, quien es el encargado de dar vida a Paul Getty III, Hilary Swank como Gail Getty, la madre de Paul, una mujer con defectos pero ante todo abocada a ser una buena madre, Luca Marinelli como el verdugo de Getty III y Brendan Fraser como el comisario Chace Fletcher, un hombre bastante socarrón pero lo suficientemente listo para ir tras la verdad detrás del secuestro de Getty. Este trabajo significa el regreso de Fraser tras años en retiro y aunque se trata de un trabajo secundario, el actor demuestra que sigue siendo una auténtica estrella, derrochando puro desparpajo como lo vemos en el segundo episodio de la serie, uno de los mejores de la temporada.

Volátil, cruda, hermosa

Cada episodio de la serie permite indagar profundamente en cada uno de los factores que construyeron el caso Getty. El primer episodio sienta las bases, las personalidades de los protagonistas vital para comprender acciones venideras y a partir del segundo la historia crece enormemente cuando se adentra a los suburbios de Roma y Calabria en plena década de los 70, tal como cita la misma serie “una época tan hermosa como oscura frase que perfectamente podría describir el trabajo de Trust en pantalla pues consigue ser esperpéntica y sobria de una secuencia a otra con una audacia característica de Boyle.

La serie goza de un montaje eufórico, con diversos escenarios y líneas del tiempo y un diseño de producción que ambienta con acierto los hechos. Trust, además, juega con una línea bastante artística respalda por unos planos, una banda sonora y cierto aire bohemio que brinda belleza para contrarrestar la fealdad del mundo en el que se ve inmerso el protagonista. Por otra parte el guión de Simon Beaufoy no teme a hacer uso del italiano siempre y cuando sea necesario lo que resulta mas convincente en lugar de recurrir al inglés con acento que puede resultar impostado.

Trust es una serie que se regodea en una fachada artística con intenciones tan retorcidas como las motivaciones de sus personajes pero resulta muy entretenida e indispensable de ver.

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