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Crítica de Homecoming: Un homenaje al suspenso clásico

Este año la barrera que dividía la televisión y el cine se ha roto. Hace poco se estrenó Catch 22 con una de las más grandes estrellas de Hollywood: George Clooney, pero ya meses antes su mejor amiga, Julia Roberts, haría lo propio con Homecoming (dir. Sam Esmail). Este relato antes de que fuera una serie de televisión protagonizado por Roberts y Bobby Cannavale, era un podcast protagonizado por Catherine Keener y David Schwimmer. Hasta el momento, se ha estrenado una temporada pero gracias a la buena recepción, Amazon ha decidido renovarla para una segunda.

Decidí darle una oportunidad porque ¿qué tiene este relato para hacer que la más grande estrella de Hollywood retorne a la televisión treinta años después?

Homecoming: Sinopsis

Walter Cruz (Stephan James) es un joven veterano que, junto con su amigo Shrier (Jeremy Allen White) y algunas docenas más, se ha registrado en las instalaciones de Homecoming, propiedad de un grupo llamado Geist, para ayudarlos a adaptarse a la vida civil. También conocemos a Heidi Bergman (Julia Roberts), terapeuta, quien trabaja la parte psicológica de los pacientes. Las cosas se complican cuando, gracias a una sucesión de flashfowards vemos que Heidi trabaja ahora como camarera y dice no recordar su tiempo en el centro cuando un empleado público del Departamento de Defensa recurre a ella para investigar una posible queja del centro mientras ella estuvo a cargo. Las cartas están echadas: ¿hay algo perturbador tras las buenas intenciones de Homecoming? ¿Quién formuló la queja ? ¿Por qué Heidi no tiene recuerdos de su tiempo en el grupo Geist?

La primera temporada de Homecoming de Amazon Prime está compuesta de 10 episodios de media hora. Solo eso debería ser suficiente para darle una oportunidad. Lo que te mantendrá atrapado es una historia de propósito, justicia y ética laboral que impulsa tanto al mal de Estados Unidos como a las fuerzas que intentan salvarlo. Quedarás sorprendido por uno de los misterios más fascinantes del año.

Un reparto inspirado, liderado por Julia Roberts

Dirigido por Sam Esmail (Mr. Robot), el programa no desperdicia un segundo estableciendo barreras entre el pasado y el presente como dos realidades distintas.

Pero antes debo definir las actuaciones como un factor clave en Homecoming, porque su columna vertebral de narración tiene que ver con conversaciones estáticas, como se podría esperar de una historia que comenzó como un drama de audio. Hay largos monólogos y diálogos, todos ayudados por Email y las innovadoras opciones de encuadre de su equipo.

Sin embargo, a lo largo de la serie, el plato fuerte es la delicada danza entre los personajes de James y Roberts. El cara a cara de Heidi y Walter, que se vuelve frecuente en cada episodio, tiene componentes deliciosos: cuando comienza hasta su evolución a algo más complicado es magnífica. Claro, la interacción de Heidi con los personajes es la principal herramienta para definir un personaje de muchas capas. Con Craig (Alex Karpovsky), el compañero de trabajo de Heidi o Anthony (Dermot Mulroney), su novio, es ella quien lleva la batuta; con Colin (Cannavale) se vuelve una mujer sumisa; en Ellen (Sissy Spacek), su mamá, tiene una aliada. Cada interacción, a menudo solo conversaciones individuales, construye simultáneamente el mundo y deja pistas lo suficientemente pequeñas como para debatir pero demasiado grandes como para perderse.

El rendimiento de los actores es sublime Bobby Cannavale, como el jefe de Heidi, es impetuoso y viscoso, un mal reconocible; su interpretación, nunca muy lejos de su personaje de hombre sabio en Boardwalk Empire, es una combinación de lo carismático e imponente con la sordidez y amenaza. Thomas Carrasco, el empleado público del Departamento de Defensa, una especie de detective, de Shea Whigham, es tosco, inexperto pero a la vez inteligente e intuitivo, nos pone inmediatamente de su lado.

Quien demuestra su calibre, como actriz y como estrella es Julia Roberts. Es impresionante ver como una actriz que se ha hecho famosa por su carisma, en la piel de Heidi es un ser gris, lúgubre y sin gracia pero a la vez proyecta vulnerabilidad y hace que esa cercanía que experimenta el personaje de James hacia ella sea creíble.

Sam Esmail evoca el suspenso clásico

Cabe destacar que lo más imperioso es el trabajo del director. Esmail canaliza los clásicos del suspenso en color, iluminación y composición. Trabajando nuevamente con el director de fotografía Tod Campbell, el resultado es alucinante. El espectáculo juega con todo: relación de aspecto, división de pantalla, diseño de escenografía, vestimenta, ubicación de la cámara, incluso el tiempo y la colocación de los créditos. Todo se conjuga para crear una atmósfera inquietante que rememora el cine de Hitchcock y muestra atisbos de lo más reciente de Lanthimos; pero también es referencial es referencial y evoca trabajos como The Twilight Zone hasta  Alguien voló sobre el nido del cuco.

Las citas no son solo visuales sino también musicales. Homecoming logra un sentido del pasado con el uso de partituras de películas existentes. En lugar de contar con un material original, la banda sonora recopila trabajos de Bernard Herrman o Ennio Morricone.

Jugando en dos líneas temporales separadas por cuatro años, el truco visual más notorio de Homecoming es el uso de dos relaciones de aspecto diferentes. Las escenas de 2018 llenan la pantalla, mientras que las de 2022 están rodeadas de barras negras. Tampoco hay una visión futurista del mundo de 2022, todo lo contrario. Los segmentos de cuatro años posteriores son más planos y más débiles que sus contrapartes de 2018. El mundo no solo se parece a lo nuestro, se asemeja a nuestro pasado. Ese es especialmente el caso de Thomas Carrasco, que parece haber sido sacado directamente de algún drama judicial de los noventa.

Homecoming no es una serie perfecta: sus últimos episodios si bien distan de ser predecible, tienen cierta inconsistencia que no hace justicia al nivel alcanzado en sus dos primeros tercios. Pero una vez que como espectador te dejas atrapar por su atmósfera inquietante y su oda a los clásicos de los setenta, será un completo disfrute.

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