¿Es Bill Hader el alumno más infravalorado de Saturday Night Live? Mucho hablamos de Tina Fey, Amy Poehler y Kristen Wiig, probablemente las tres mejores comediantes de Hollywood ahora mismo o Jimmy Fallon como la cara más famosa de las noches estadounidenses. Pero poco se habla de Bill Hader, un señor que ha escrito, dirigido y protagonizado Barry, la ficción de HBO que le ha permitido mostrar toda su valía y que regresa con una segunda temporada que ha superado todas las expectativas.

El año pasado, la primera temporada de Barry fue lanzada en HBO. Rápidamente abrazó su astuta comedia negra y su violencia para encender un tono retorcido, haciendo que el espectáculo sea maravillosamente inusual.

Sinopsis: Barry

Barry es la historia de un veterano increíblemente hábil convertido en asesino a sueldo quien se topa con una clase de actuación mientras sigue a un objetivo para ser aniquilado. Es allí cuando decide suspender su vida como sicario para seguir una carrera de actor en Los Ángeles, «la ciudad de la reinvención». Barry ha encontrado una comunidad de actores que lo acepta por quién es (o quién creen que es), y con quien Barry siente un vínculo inmediato, especialmente por Sally, una mujer a la que Barry, obviamente, se siente atraído y Gene, el profesor de la clase.

Al encontrarse consigo mismo tras mucho tiempo, Barry deja de ser un asesino para dedicarse a la vida como actor, lo que conlleva complicaciones obvias, ya que es imposible escapar por completo un pasado como el suyo.

Los conflictos se incrementan en la segunda temporada

Durante estas dos temporadas, Barry ha estado haciendo todo lo posible para equilibrar los dos mundos: el talentoso asesino de la mafia y el novato actor de teatro. A menudo lo vemos en una dura encrucijada entre su vida personal, sus audiciones profesionales y sus interminables encuentros con su pasado como asesino. Pero por encima de todo, Barry busca la aceptación personal. Esta temporada principalmente abre el debate de si es posible, o no, que un asesino lleve una vida honesta.

Como la temporada pasada, Barry hace todo lo posible pero no puede escapar de su historia. De hecho, en esta segunda entrega incrementan los riesgos, ya que la mafia no solo amenaza la vida de Barry sino también a aquellos por los que ha mostrado afecto: Sally (Sarah Goldberg) y Gene (Henry Winkler). Incluso, la temporada también fortalece a Gene como el mentor de Barry, una relación que se ve obstaculizada en el crecimiento, por la otra figura paterna de Barry: Fuches (Stephen Root).

Un equilibrio perfecto de géneros

El espectáculo alcanza un equilibrio sorprendentemente uniforme de acción, comedia y drama en su tiempo de ejecución de 30 minutos por episodio. Los diferentes géneros nunca se sienten fuera de lugar y, a menudo, terminan impulsando el espectáculo, dejando a la audiencia en suspenso y deseando más.

Esta armonía incluso se traduce en términos de cinematografía, el espectáculo tiene un estilo muy distintivo que realmente añade puntos extras a la temporada.

Hay que hacer mención honorífico al quinto episodio, ‘Ronny/Lilly‘, dirigido por el propio Bill Hader; un brillante episodio independiente que se filmó en dos planos secuencias. Y que proporciona una fusión magistral de comedia, artes marciales, diseño de producción y manejo de cámara convirtiendo al episodio en un cortometraje dentro de la serie.

El capítulo final, Berkman > Block, sirve como un excelente episodio en todos los aspectos, y continúa sorprendiendo gracias a su combinación de géneros.

La genialidad del guión

Esa características fusión de géneros que convierte a Barry en uno de los mejores estrenos de los últimos años tiene sus raíces en la genialidad del guión. Vemos un punto de quiebre merecido y necesario para muchos de los personajes. Hay suficiente tratamiento de personajes que se acerca al bagaje emocional de una manera excelente.

El plano fuerte entre todos estos arcos dramáticos es, por supuesto, el de Barry. Como actor, Barry canaliza su pasado esta temporada, lo que le permite acceder a las emociones que no ha aprovechado en mucho tiempo. Recuerda momentos de su historia al servicio de Afganistán, el amor y el apoyo que había recibido de sus antiguos compañeros del ejército. Lo más importante es que vemos los orígenes de Barry. Momentos que definieron mucho quién es él.

Gene, por su parte, toma un descanso de la clase de actuación mientras trata de enmendar su vida tras la muerte de Janice. Es así como se vuelve a conectar con su hijo y, como dije, es un disfrute verlo brillar como mentor de Barry.

La amistad de Barry y Gene progresa a un nivel más profundo, lo que hace que Gene invite a su pupilo a una sesión de actuación privada que mantiene vivo el impulso cómico, incluso en los momentos más sombríos. Henry Winkler sigue estando maravilloso como el actor, y exhibe este atributo de empatía que hace que el público le tome cariño. De hecho, a lo largo de la temporada, es cuestionable si las acciones de Barry son redimibles o no principalmente por la forma en que afectan a Gene. Sin embargo, aunque no lo sea (¡estamos hablando de un asesino a sueldo!), Hader interpreta al personaje de manera impecable.

Sally, igualmente, está fantástica en la segunda temporada. El personaje adquiere un nivel de profundidad que demuestra una extraña fusión de autoconciencia, pero también, ingenuidad. El arco de Sally, adquiere otra dimensión al hurgar en su pasado, donde escapó de una relación tóxica y revela como se resguardó en la actuación, aun siendo una industria cruel que no le brinda las mismas oportunidades que sus colegas actores. Sally permite exponer la crueldad que muchas actrices enfrentan en su trabajo. Sarah Goldberg hace un excelente trabajo, mostrando a un personaje inteligente pero dañado, que nivela bastante bien a Barry esta temporada como personajes en busca de enmendar su pasado.

El gángster de Chechenia, Noho Hank (Anthony Carrigan) continúa siendo una adición maravillosa, quien está temporada funciona como el conflicto que impide que Barry renuncie definitivamente a su antiguo empleo. Anthony Carrigan equilibra la comedia negra y la violencia explícita de manera efectiva.

Sin embargo, no todos los personajes funcionan. El detective John Loach (John Pirruccello) investiga a Barry a través de Fuches, que tampoco funciona de manera orgánica. El despiadado detective primero parece anhelar la venganza de Janice, pero en realidad termina chantajeando a Barry para asesinar al nuevo marido de su ex esposa. Esta parte de la trama secundaria mantiene el ritmo, teniendo en cuenta que es el hilo conductor al quinto episodio, el mejor episodio de la temporada. Sin embargo, el viaje a ese punto es bastante anodino.

Fuches, por otro lado, termina como un ser perdido, tóxico e incapaz de sobrevivir por sí solo. Stephen Root es capaz de encarnar al personaje de manera convincente, pero la escritura descuida su desarrollo. Fuches necesita un poco más de tiempo en pantalla, ya que todo es demasiado fácil para él.

Un cliffhanger de primera

https://www.youtube.com/watch?v=RecFpurnxXE

La segunda temporada de Barry realmente muestra que el personaje crece y quiere abrazar una vida sana que incluye a Sally y Gene. También mejora como actor esta temporada, mostrando indicios de que es posible que cambie y que sea una persona diferente. Una digna de redención.

Sin embargo, la serie no renuncia a lo oscuro que es Barry, ni se aleja del secreto y brutal pasado que lleva consigo. Alentamos a su redención, pero también estamos ligeramente aterrorizados de su letalidad a medida que tomando decisiones ambiguas, y con frecuencia muy desordenadas. Dejándonos sentir simpatía y temor a la vez.

La tercera temporada de Barry probablemente se estrenará en la primavera de 2020. Gracias a los grandes reconocimientos por la segunda temporada (aún mantiene un 100% en Rotten Tomatoes), la siguiente ya está en camino y lo más probable es que se le otorgue una producción mayor dadas las habilidades probadas de Hader como director.

Con una cinematografía estelar, un elenco versátil y talentoso (Hader es la marca obvia) y una escritura diligente (la tensión y la comedia siguen siendo táctiles y coexisten sin problemas), la segunda temporada de «Barry» es casi perfecta.

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