Parece que fue ayer cuando Crepúsculo era la película de moda; la saga en la que se basaba, Twilight, era la más vendida; mientras que True Blood y The Vampire Diaries eran las series del momento. Pero en realidad han pasado diez años de todos estos acontecimientos. Y aunque ya no hay más secuelas del romance de Edward y Bella o el público vio el final del triángulo amoroso entre Elena Gilbert y los hermanos Salvatore; es un hecho que los vampiros siguen de moda. No tengo dudas de ello, pero si pruebas que se resumen en un título: A Discovery of Witches.
La serie está basada en la trilogía homónima escrita por Deborah Harkness. Se estrenó en 2018 en Estados Unidos a través de la cadena Sky pero al resto del mundo arribó este año en diversas plataformas. En mi país está disponible en Directv Play. Si me apresuran, puedo decir que es una combinación llamativa entre Outlander y sí, Twilight. Es una pequeña joya oculta, que tiene un impresionante 100% en Rotten Tomatoes; un porcentaje más alto que las series del año: Euphoria o Chernobyl. Si aún no le has dado la oportunidad, aquí platico más de ella.
¿De qué trata A Discovery of Witches?
Durante siglos, el poder de las criaturas sobrenaturales ha ido disminuyendo. Hasta que la historiadora y bruja Diana Bishop (Teresa Palmer) descubre un manuscrito desaparecido; convirtiéndose en una pieza clave entre su propio mundo y el de los vampiros y demonios también.
El enigmático vampiro Matthew Clairmont (Matthew Goode) cree que «El libro de la vida«, el manuscrito descubierto por Diana, contiene información sobre el origen de su especie. Pero todo se complica cuando ambos se sienten atraídos el uno por el otro.
Matthew y Diana deberán enfrentar las consecuencias de su amor ante la Congregación un movimiento precedido por brujos, vampiros y demonios que prohíbe las relaciones entre especies; mientras que huyen de un escuadrón de villanos obsesionados con los extraordinarios poderes de Diana.
Una historia lógica
Cuando mencionamos romance y vampiro en una misma frase, nada parece tener lógica. ¿Un señor de 500 años atraído por una mujer de 30? Puede parecer absurdo pero en este caso la típica relación vampiro/mortal cobra sentido: Diana no siente atracción hacia Matthew porque es un vampiro, ella sabe que los de su especie existen, su atracción alimenta su interés como historiadora, está ante un hombre que ha vivido todo lo que ella ha leído en libros. Mientras que Matthew encuentra en Diana una bruja que posee todos los poderes que él creía extintos. Su conexión se basa en el conocimiento y lo que realmente son para el otro; no en la obsesión sexual o física como en otros cuentos románticos de vampiros.
Es de hecho esa valoración del conocimiento y la educación lo que impulsa A Discovery of Witches casi tanto como la historia de amor. Los seres sobrenaturales que tienen relevancia en la historia -incluidos Diana y Matthew- están motivados casi todo el tiempo por encontrar «El libro de la vida» y las respuestas que pueda ofrecer.
Peter Knox (Owen Teale), un viejo brujo, cree que el libro contiene los primeros hechizos que crearon vampiros y demonios; quiere el libro para poder destruir estas especies. La demonio Agatha Wilson (Tanya Moodie) espera que el libro tenga respuestas para ayudar a salvar a su especie, que muere a causa de enfermedades mentales como el suicidio. Matthew también quiere el libro con la esperanza de entender por qué los vampiros están teniendo dificultades para atraer nuevos miembros. Es que incluso los primeros episodios de la serie están ambientados en la Universidad de Oxford.
Una producción impecable
Además del campus de Oxford, A Discovery of Witches también está ambientada en Venecia, Francia y el condado de Madison, Nueva York. La naturaleza erudita de este mundo sobrenatural abunda en bibliotecas y calles medievales que sirven como telón para muchas de las escenas de acción.
Las ubicaciones son hermosas en el exterior, con planos cinematográficos que capturan el encanto de cada uno de estos lugares. Pero en las escenas de interior, el diseño de producción es igual de impecable; extensas bibliotecas de volúmenes viejos, tonos cálidos de madera, torres y paredes rocosas; todo colisiona muy bien para crear la ambientación de la historia.
La serie también se luce al proponer diversidad entre los personajes -y reparto- con personajes como Agatha “la primera mujer de color que se sienta en la mesa de la Congregación” y la tía política de Diana, Emily (Valarie Pettiford), ambas aportan fuerza y gracia a la pantalla. Los protagonistas, Teresa Palmer y Matthew Goode, también son un acierto para dar vida a Diana y Matthew respectivamente; ella representa el miedo hacia su propio mundo pero también hace creíble la entereza con que lo enfrenta, y el aporta el estirpe del hombre comedido y de época, característico del actor que también ha brillado en otras ficciones como Downton Abbey y The Crown.
Entretenimiento con clase
A Discovery of Witches es un trabajo de ficción magnífico, incluso si la idea de un romance de terror gótico entre una bruja historiadora y un vampiro biólogo no te atrapa.
Si eres más fanático de la acción también tiene su buena dosis gracias al maquiavélicos vampiro Gerbert D’Aurillac (Trevor Eve), un villano de nivel Lestat, y responsable de algunos de los momentos más inquietantes del espectáculo; y la bruja finlandesa Satu Järvinen (Malin Buska) parece llevar sus poderes al extremo oscuro del espectro.
A Discovery of Witches se trata de descubrir poderes ocultos y los secretos familiares que los unen. Es una historia sobre autodescubrimiento y autoempoderamiento, y centra firmemente la mirada femenina y el placer femenino en todo momento.
Desde su audaz escritura y su exuberante cinematografía hasta su valor de producción, A Discovery of Witches es una sólida entrega del género de terror gótico. Me hubiera gustado que fuera un poco más aterrador, después de todo es una mezcla de vampiros, brujas y demonios. Ahora solo queda esperar por una segunda entrega, que está en camino.