El tan esperado 15 de septiembre ese evento masivo a nivel nacional y donde nuestro querido presi el Lic. Enrique Peña Nieto sale a las 11 en puntito a dar el “Grito de Dolores” (nombre que se le da por el llamado que hizo desde la parroquia de Dolores el cura Miguel Hidalgo, llamando a la rebelión que marcó el inicio del movimiento independentista) desde Palacio Nacional. «Viva Hidalgo, Viva Morelos, Vivan los héroes de la independencia, Viva México etc.” (Si lo leíste con la tonadita «vivaaa», tú muy bien) y al mismo tiempo ondee la bandera y sentirnos tan orgullos de nuestra libertad y de nuestro país.
Ok, ya…
Seamos sinceros, como buenos mexicanos que somos, tomamos ese festejo como un pretexto más para comer y ponernos hasta su… ok, borrachitos.
Y es que bueno, cómo decirle que no a una verbena popular o una noche mexicana y despreciar esos tan riquísimos antojitos mexicanos (POZOLE, gorditas, quesadillas, mole, tostadas, chalupas, tacos, pambazos), dulces típicos (alegrías, merengues, macarrones, cocadas, buñuelos bañados con miel), algunas bebidas mexicanas (tequila, pulque etc.) y claro una buena amenizada con música de los mariachis y banda.
Ah, y bueno, no muy de acuerdo con esto pero también a la fiesta se unen esos lindos, explosivos, olorosos y contaminantes fuegos artificiales.
Ya hablando un poquito enserio, felices fiestas patrias, coman mucho y tomen poco, disfruten de todas nuestras delicias y de todo lo bueno o malo que conlleva esta celebración (y por malo me refiero a los fuegos artificiales, los que se pasan de copas y los kilitos de más), vístanse de Adelitas, de Hidalgo y demás personajes, canten, bailen, DIVIÉRTANSE, que pretexto o no, es una ocasión más para disfrutar con sus seres queridos (como yo que festejamos a mi abuelito, pueden creerlo nació el 14 y es tan lindo que le hacemos una pachangota el 15).
Y por qué no, madrugarle y al día siguiente ver el desfile militar que se lleva a cabo por las principales calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.